Qué necesitamos para usar SSD y NVMe, principales usos y mejoras para cada uno

Principales usos SSD y NVMe

Hoy en día, el uso de los sistemas de almacenamiento SSD y NVMe está a la orden del día y, aunque sigan siendo algo más caros frente a los tradicionales HDD, no tienen nada que envidiar, en cuanto a velocidad, tamaño y consumo energético.

Por ello, vamos a ver qué necesitamos para usar tanto los SSD como los NVMe en nuestros ordenadores y unidades externas. Además de las recomendaciones de uso, así como también posibles mejoras de cada uno de ellos.

Uso de los SSD

El principal uso hoy en día de los discos SSD es el almacenamiento de datos, esto es posible al tener un precio muy competitivo, consiguiendo unidades de 1 TB a un precio asequible. Todo ello, dependerá de la marca, modelo y factor de forma. Este, lo podemos encontrar en el clásico de 2,5” o también en el nuevo formato M.2, más útil para montar directamente en placas base y ordenadores portátiles compatibles con esta tecnología. Incluso, para unidades externas, que nos facilitan la transferencia de los datos entre diferentes ordenadores.

Además, los SSD tienen la ventaja de que no les afectan los golpes, por lo que, tendremos una unidad resistente frente a impactos o caídas. También es destacable la rapidez que les caracteriza frente a los HDD, así como también el peso que los hace mucho más transportables, sin que apenas los notemos.

A la hora de adquirir un SSD, tendremos que fijarnos en algunos aspectos, como la capacidad, factor de forma y conectividad. Todo ello, dependerá del uso que le vayamos a dar. Si lo vamos a montar directamente en la placa base, necesitará tener un formato M.2, el cual es más pequeño y alargado; el más estandarizado es el formato 2280, aunque también lo podemos encontrar más pequeño, habiendo un mayor surtido de unidades. Si optamos por el formato de 2,5″, solo necesitaremos el conector de alimentación y el cable Sata de Datos.

En el caso de usarlos en unidades externas, tenemos que fijarnos que las cajas de estas, tengan el conector USB 3.0 o superior, el cual nos garantizará que la velocidad de transferencia sea buena y que no nos haga un cuello de botella; ya que, la velocidad de transferencia es, dependiendo de la unidad y marca, de unos 550 MB/s de lectura y escritura.

Algunos de los mejores Discos SSD, son de marcas como Kingston, Western Digital, Crucial, Samsung, GoodRam. Marcas reconocidas en las que, si tenemos algún problema, podremos echar mano de su servicio de asistencia. Otras chinas o de dudosa confianza, es mejor no comprarlas, ya que, o tendremos un rendimiento pésimo, o no tienen una buena duración.

Uso de los NVMe

Pasando al formato NVMe, vemos que estas unidades tienen el factor de forma M.2, con la interface PCIe, por lo que, tendremos que fijarnos que la placa base sea compatible con esta tecnología. En la actualidad, la inmensa mayoría de placas la incorporan. En ellas, encontramos desde un solo puerto hasta varios. Muy útil si vamos a utilizar varias unidades, una para el sistema operativo y juegos y otras para datos.

Estos discos NVMe, a diferencia de los SSD, tienen velocidades muy superiores, llegando a los 7.000 MB/s o más de transferencia, tanto de lectura como de escritura. Por ello, el uso más habitual es en sistemas operativos y en la instalación de juegos y programas, de esta forma, tendremos un inicio más rápido de apenas unos segundos.

También tenemos la posibilidad de usarlos en unidades externas, de esta manera, conseguiremos una mayor velocidad de transferencia de datos, teniendo en cuenta que debemos disponer de puertos USB 3.2 o superior para usar el máximo de velocidad de la unidad.

En el caso de que tengamos dudas de si es mejor un SSD SATA o NVMe para nuestros programas y aplicaciones, siempre podemos ver el resultado de algún test de rendimiento que los compare, así sabremos si es mejor uno u otro.

Mejoras para SSD y NVMe

Por otro lado, algunas mejoras que le podemos hacer a estos sistemas de almacenamiento, es tener el firmware siempre actualizado, garantizando que la estabilidad y velocidad sean siempre óptimas.

También podemos añadir un disipador a nuestro NVMe, con el que evitaremos reducciones en el rendimiento en el caso de que se caliente mucho. Esto es muy recomendable si los vamos a usar con una alta carga de transferencias. En este sentido, muchas de las placas base actuales de gama media alta, ya incorporan de serie en alguno de los puertos M.2, un disipador de aluminio con la correspondiente tira térmica que mejorará la transferencia de calor. De esta forma, conseguiremos evitar o reducir significativamente el calor que produce la unidad y, por ende, que no baje el rendimiento de la misma.

En el caso de los SSD, no es tan necesario usar un disipador, ya que la velocidad de transferencia es menor y no tienen un calentamiento excesivo.

Como podéis ver, tenemos varias opciones de almacenamiento, las cuales, dependiendo del uso que le vayamos a dar, elegiremos una u otra; ya sea para potenciar la velocidad de carga de juegos y aplicaciones, como en el uso para datos.

Qué necesitamos para usar SSD y NVMe, principales usos y mejoras para cada uno
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Hoy veremos qué necesitamos para usar SSD y NVMe, además de los principales usos y mejoras para cada uno, para sacarles el máximo partido
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